Arquitectura comercial y diseño comercial: ¿en qué se diferencian?
La arquitectura comercial y en diseño comercial, dos disciplinas con muchos factores en común, pero también varias diferencias.
La construcción, preparación y decoración de un espacio comercial requiere el trabajo de diversos tipos de empresas y profesionales. Se precisa la intervención de expertos en arquitectura comercial y en diseño comercial, dos disciplinas con muchos factores en común, pero también varias diferencias que detallaremos a continuación.
La arquitectura aplicada a los espacios comerciales se encarga, no solo de construir, diseñar y asignar la distribución a un espacio físico. También se encarga de supervisar todo tipo de obras relacionadas con su construcción y reforma. En cuanto al diseño comercial, es la disciplina que se encarga de la decoración de espacios, una vez finalizado el proceso de arquitectura comercial.
Uno de los objetivos de estas disciplinas es que los clientes se formen una imagen de la marca cuando entren al espacio.
Arquitectura comercial: creación de espacios equilibrados
La arquitectura comercial tiene entre sus finalidades la creación de un espacio que, por un lado, sea atractivo y agradable para los clientes, y por otro, resulte funcional y habitable para la marca o empresa que vaya a establecer una tienda en él. Para poder realizar esta tarea, los expertos en arquitectura comercial realizan distintas operaciones, que empiezan con el diseño y la planificación del espacio. Debe realizarse teniendo en cuenta, además del espacio en sí, todos los elementos que definan y concreten la imagen de una marca. Entre ellos, las líneas de color, los distintos materiales empleados en la preparación a grandes rasgos del espacio, etc.
Lo primero que hay que desarrollar es el concepto del espacio y, en torno a él, trabajar para que el local en cuestión refleje la personalidad de la tienda y la marca. Hay que hacerlo siempre con el objetivo de la arquitectura comercial en mente. Esta tiene como objetivos ponerse al servicio del negocio, adaptarse a sus necesidades, y crear un ambiente cuidado, con un carácter acogedor. El diseño siempre debe procurar que el cliente cuente con la mejor experiencia de compra posible.
Para ello, hay que cuidar al máximo el proceso que se sigue para construir los espacios de un local comercial. Es necesario manejar adecuadamente los distintos elementos de que se disponen para que el espacio resultante sea tan útil como bello, de cara a mostrar los productos que se venden en la tienda. También hay que trabajar para que el cliente que entre al espacio se lleve una buena impresión y perciba buenas sensaciones cuando está en él.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta la situación del espacio, y revisar los locales o elementos que lo rodean. Sin estudiarlos no se podrá crear la atmósfera adecuada, porque la distribución y situación de elementos puede variar en función no solo de sus espacios interiores, sino también de los que rodean al espacio comercial.
En el interior, hay que estudiar la disposición del espacio y de los distintos ambientes, y analizar cuál será el recorrido de los clientes. Asimismo, la arquitectura comercial en un espacio debe cuidar las áreas en las que los empleados de la tienda interactuarán con los clientes. Todo sin olvidarse de proporcionar los espacios necesarios para que estos puedan contar con una atención lo más personalizada posible, procurando que la mayor parte de productos posibles están a la vista.
Diseño comercial: para transmitir la imagen a los clientes
Una vez que la tienda ya está diseñada y se han creado sus espacios, queda otro trabajo enfocado a que quien entre en ella reciba ideas sobre productos a comprar, marcas, etc. Es decir, su diseño comercial. Para ello hay que planificar tanto los colores que predominarán en la tienda como elegir los muebles y su situación. También se crearán ambientes en los que se juegue con la iluminación, y con la organización de todos los productos a la venta. Porque tanto su disposición como la forma en la que están iluminados o el color y estado de los muebles y expositores influye en la decisión de compra.
Aquí también entran en juegos los elementos de diseño, que forman parte de la imagen de la marca de la tienda, o de la empresa que la pone en marcha. Tonalidades, logotipos, tipografías, estilos de decoración, etc. El diseño comercial, a medio camino entre el marketing y la creación de imagen de marca, debe integrarlos en el establecimiento de manera que el resultado sea un espacio atractivo y cómodo. Si, además, los clientes se sienten identificados con las propuestas del espacio, se habrá logrado el principal objetivo del diseño.
Para conseguirlo, un diseñador comercial debe trabajar de forma conjunta con los arquitectos comerciales encargados del desarrollo del espacio. Son los dos profesionales que, de manera coordinada, van a encargarse de la integración de todos los elementos que debe hacer en el espacio. Y de hacerlo de forma que el resultado no resulte discordante. Pero sí que tenga algo que distinga a la tienda en cuestión de las de su competencia y llame la atención. De esto se encarga finalmente el diseñador comercial.
Para llevar a cabo el diseño de un espacio comercial también hay que tener en cuenta los aspectos ajenos al propio espacio. Algunos de estos aspectos son el público objetivo de la tienda, su tamaño, la distribución de su interior, el flujo de personas que pasa por delante de sus escaparates o el nivel económico de quienes viven en la zona. También por supuesto, el sector al que pertenecen los productos que se venderán en ella: moda, alimentación, ocio, hogar, etc.
Conseguir que la arquitectura y el diseño de un espacio comercial cumplan todos los requisitos de imagen de la marca que va a vender productos en ella (o de la empresa o persona que la abre), no es sencillo. Además, es igual de importante que resulte atractiva para los clientes, para que entren en ella y decidan comprar sus productos. Los profesionales que se dedican a ello tienen una formación específica.