tipografía romana

Tipos y características de la tipografía romana

Quienes trabajan en maquetación o en diseño gráfico saben de la importancia del tipo de letra que utilizan. Una de las más populares es la tipografía romana, que a su vez incluye otras subcategorías. 

Autor: Agustín Pérez
Diseño editorial
24 de Septiembre de 2024

La tipografía romana es una de las más utilizadas y reconocidas en el mundo del diseño gráfico y editorial. Su estructura se caracteriza por la presencia de serifas y por el contraste entre los trazos gruesos y finos, que le permite ser fácilmente legible. Con el paso de los años, han surgido algunas variantes. Todas ellas las conoceremos en detalle en este artículo.

Aunque hay más elementos de importancia, la tipografía es uno de los más relevantes en campos como el diseño, el periodismo, la comunicación o la publicidad. Si te interesa trabajar en cualquiera de estos ámbitos, con nuestro Máster en Diseño Editorial y Publicaciones Digitales, aprenderás acerca de este y otros aspectos como la identidad, la jerarquía o la composición. 

Tipografía romana: principales características

La tipografía romana destaca por su elegancia y legibilidad. Por eso, es tan usada en diseño gráfico y editorial. Su característica principal es la presencia de serifas, que son pequeños trazos que adornan los extremos de las letras. Cuando se trata de un texto largo, son estos los que facilitan la lectura. Pero además, estas serifas le dan un aspecto un tanto clásico y refinado, de ahí que sean habituales en publicaciones como libros, revistas y periódicos.

Otra de sus características más notables es el contraste entre trazos gruesos y finos. Consigue dar dinamismo visual y hace que la lectura se vea facilitada; sobre todo si se trata de tamaños pequeños. Pero también da un aspecto definido y estructurado a las letras.  

Como veremos en el siguiente apartado, hay tres grandes categorías dentro de la tipografía romana: antigua, de transición y moderna. La tipografía romana antigua se caracteriza por tener un menor contraste entre los trazos y serifas más redondeadas. Las tipografías de transición tienen mayor contraste y serifas más rectas, mientras que las modernas apuestan por mucho contraste, pero serifas finas que son casi lineales. Todas ellas se suelen usar en textos largos por su claridad y carácter atemporal.

Para quienes deseen experimentar con las distintas categorías, algunas de ellas se encuentran en las tipografías de Google Fonts

 

tipografía romana

 

Tipo de letras romana

Si bien ya las hemos mencionado, vamos a conocer en detalle los diferentes tipos de tipografía romana que hay. 

Tipografías romanas antiguas

La tipografía romana antigua, también conocida como Garaldas, se distingue por su terminación aguda y por tener una base relativamente ancha. Estas letras presentan trazos variables: los ascendentes suelen ser más finos, mientras que los descendentes son más gruesos. Esta combinación crea un contraste visual muy interesante. Se trata de una característica que además de mejorar la estética, hace lo propio con su legibilidad en diferentes tamaños.

La separación que hay entre los caracteres, que es más grande que la media, es una de las particularidades más notables de las romanas antiguas. Consigue dar sensación de amplitud y claridad. Y en conjunto, estas letras tienen una apariencia sólida en las páginas. 

Algunos ejemplos importantes de tipografía romana antigua son Garamond, Trajan, Bembo, Centaur, Minion y Sabon. Todas estas fuentes nos recuerdan a las inscripciones y los números de la Roma Antigua, cuando se grababan en piedra con cinceles. Este vínculo histórico es el responsable de que se use en textos actuales cuando se requiere un toque de elegancia y tradición. En cuanto a sus aplicaciones, son muy frecuentes en libros, documentos formales y en proyectos de diseño que buscan transmitir seriedad. 

Romanas de transición

La tipografía romana de transición representa una evolución significativa respecto a la romana antigua. Uno de los cambios más evidentes en esta familia de tipos es la forma de sus serifas. Es este estilo, la terminación es más aguda y estilizada, por lo que transite un aire más contemporáneo.

Aunque los trazos siguen siendo variables, se observa una mayor diferencia entre los finos y los gruesos, en comparación con las romanas antiguas, donde la variación era menos pronunciada. Sin embargo, esta diferencia no es tan extrema como en las tipografías modernas, en las que el contraste es mucho más marcado.

Las letras minúsculas de las tipografías de transición tienden a ser menos angulosas. La redondez está más acentuada y consiguen así una apariencia más armoniosa y agradable a la vista. Este rasgo estilístico facilita la legibilidad, sobre todo en textos de tamaño mediano a grande.

Dentro de las tipografías que pertenecen a esta categoría, encontramos clásicos como Baskerville, la archiconocida Times New Roman y Century Old Style. Estas fuentes destacan por tener una estética equilibrada y porque son muy versátiles a la hora de usarse. Se usan tanto en documentos formales como en libros o revistas. En definitiva, la tipografía romana de transición es una mezcla de elegancia y claridad.

Tipografía romana moderna

La tipografía romana moderna se distingue por sus serifas lineales, que se trazan en ángulo con los bastones de las letras. Esta característica es lo que las diferencia y les da un aspecto más contemporáneo y estilizado. Los trazos en esta categoría son aún más variables que en las tipografías de transición; hay una mayor diferencia entre las partes finas y gruesas de las letras. Gracias a esta particularidad, la estética resulta más dinámica y sofisticada.

Otro rasgo que caracteriza a las tipografías romanas modernas son las letras cursivas. Su inclinación es bastante marcada y los escritos que la usan nos recuerdan a algunos estilos de caligrafía. Por ello, resultan elegantes en la composición y artísticas. 

A pesar de su modernidad, la mayoría de los tipos de letra de esta categoría mantienen un aire clásico y están inspirados en las tipografías más populares de finales del siglo XIX y principios del XX. Algunos ejemplos representativos de tipografías romanas modernas son Bauer, Bodoni, Caxton, New Baskerville, Centennial, Mona Lisa, Didi y Ultra Condensed.

A estas letras se las conoce también como didonas. El origen de este término lo encontramos en la combinación de los nombres de dos tipógrafos del siglo XIX, Fermín Didot y Giambattista Bodoni. 

 

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Tipografía egipcia

La tipografía egipcia, como cualquier tipografía romana, presenta serifas. Sin embargo, tiene una característica que la distingue del resto: su grosor es equivalente al de los bastones de cada letra. Estas serifas pueden tener formas cuadradas o redondas, y su relación con los bastones puede ser tanto angular como curva. Con esta característica, su aspecto es más sólido y serio, además de fácilmente reconocible. Algunos ejemplos de esta fuente de letra romana son Robotik, Memphis, Cooper Black y Clarendon.

Clarendon fue la primera en aparecer, en la década de 1920. Con el paso del tiempo, surgieron otros tipos egipcios, pero a pesar de ser antiguas, siguen siendo relevantes en el diseño moderno. Por su tamaño mediano y claridad en la lectura, se usan en la edición de libros y textos. También han tenido buena aceptación en imprenta y fotocomposición.

Además de los tipos de letra egipcios tradicionales, existe una variante popular conocida como tipografía italiana. Esta variante se caracteriza por su estrechez, con bastones horizontales que son notablemente más gruesos que los verticales. Aunque la familia de tipografías italianas no es muy extensa, su armonía les ha hecho ganarse un sitio habitual en titulares y elementos destacados en diseño gráfico. También se les denomina tipografía colonial, por su uso en contextos específicos a lo largo de la historia.

¿Cuándo se recomienda utilizar letras romanas?

Las letras romanas tienen diferentes aplicaciones en diseño gráfico y tipografía. Sin embargo, su uso principal es en contextos que requieren elegancia y claridad. Se recomiendan en títulos, encabezados, pero también es uno de los tipos de letras para logos más usados, ya que consiguen captar la atención y transmitir una cierta sensación de seriedad. Por su buena legibilidad, son adecuadas en textos largos de libros, revistas y periódicos, donde lo que importa es que se puedan leer cómodamente.

Además, estas tipografías romanas también son adecuadas para materiales impresos como invitaciones, tarjetas de presentación y folletos. Con su toque clásico, consiguen resaltar la importancia del contenido. En contextos académicos o formales, como tesis o informes, esta tipografía consigue un aire profesional. También se pueden usar para títulos y secciones de contenido en diseño web. No obstante, se debe verificar la legibilidad en la pantalla.

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