La importancia de la decoración de interiores en el S. XXI
La decoración de interiores es mucho más que la disposición agradable de algunos elementos en un lugar determinado. Se trata de una disciplina que afecta al estado de ánimo de las personas en el ámbito privado y también a importantes decisiones.
La decoración de interiores en el ámbito privado
Ya en la prehistoria el ser humano adapataba los espacios a sus necesidades. Por supuesto, no es lo mismo realizar unas pinturas en las paredes de una cueva o decidir cuál sería el mejor lugar para hacer fuego, que calcular la armonía de mobiliario, colores e iluminación. Sin embargo, e incluso dejando de lado los elementos religiosos de las pinturas ruprestres, lo cierto es que nuestra especie no se distingue por su capacidad para adaptarse al mundo, sino para lograr que el mundo se adapte a ella.
La decoración de interiores es la disciplina que convierte esa capacidad humana en un arte con muchas más implicaciones que la meramente estética. La decoración de una casa afecta al estado de ánimo de las personas que viven en ella. Somos capaces, incluso sin formación, de detectar atmósferas opresivas. Y preferimos alejarnos de ellas. Los ambientes desordenados suelen conllevar mentes desordenadas. Y se sabe que el orden externo ayuda a crear un mayor equilibrio interior.
En este sentido, la decoración de interiores puede contribuir al bienestar de las personas o agravar su malestar. Estudiar diseño de interiores no solo es una manera de acceder al mercado de trabajo. También es la puerta de entrada a una mayor comprensión del ser humano.
Las empresas y la decoración de interiores
A nivel empresarial, el diseño de espacios comerciales es una rama de la decoración de interiores con multitud de aplicaciones. Un buen diseño comercial colaborará a crear engagement entre el usuario y la marca. Solemos volver a tiendas y restaurantes con un ambiente agradable, es un hecho.
La distribución de este tipo de espacios influye incluso en la decisión de compra de los clientes. Cada vez más, nos decididmos a comprar un objeto determinado por el efecto que el mismo nos produce en la tienda. Nuestro cerebro queda impresionado por su colocación en el espacio comercial y no va más allá. Solo los compradores más racionales dan el paso de imaginar ese mismo objeto en sus casas. Pero la mayoría del público compra por impulso. Pues bien, esos impulsos se pueden dirigir. Y una de las herramientas para conseguirlo es la decoración de interiores.
De hecho, una vez dentro de una tienda, un buen decorador puede incluso guiar los pasos del comprador de tal manera que la visita al comercio esté completamente manipulada. Como ves, el diseño de interiores es una disciplina mucho más interesante de lo que su nombre parece indicar.
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