La simplicidad en el diseño de interiores marca un antes y un después
Buscar la simplicidad en el diseño de interiores no debe confundirse, jamás, con la ausencia de diseño. El Minimalismo mal entendido asfixia la creatividad. Sin embargo, su aparición supuso un antes y un después en el mundo del arte y el diseño.
Minimalismo: la clave para entender la simplicidad en el diseño de interiores
El minimalismo nace en los años 60 en Estados Unidos y es heredero de Reduccionismo, cuyo padre fue Malevich. También bebe de la estética constructivista rusa y de los holandeses que formaban el grupo De Stijl.
Los minimalistas no buscan la simpleza por sí misma. Pretenden conseguir un nivel de abstracción máximo a partir de una geometría muy estricta que se basa en el orden y la simplicidad. Pero también en la literalidad: un objeto es ese objeto. Queda despojado de significados ajenos a él. El acabado industrial y la claridad son otras dos de sus características. Y todas ellas se han trasladado a lo que hoy conocemos como simplicidad en el diseño de interiores.
Simplicidad: menos es más
Antes de que apareciera el minimalismo, el diseño apelaba a la profusión de objetos y de significado. Klimt, conocido por el gran público como pintor, también era diseñador de interiores. Su actitud para con lo que él consideraba su obra era paradigmática. Llenaba cada habitación de una gran cantidad de detalles y ornamentos. Hasta tal punto le obsesionaba la perfección barroca que cultivaba, que no permita a su mujer pasar de una habitación a otra si no se ponía la ropa especialmente diseñada, también por él, para esa habitación.
Con el Minimalismo y la simplicidad en el diseño de interiores, se cambia de paradigma. La idea que subyace en el Minimalismo es que menos es más. El espacio no importa por lo que contiene, sino por aquello de lo que carece. Así, se conciben diseños de interiores en los que los espacios vacíos cobran mayor relevancia que los objetos presentes en los mismos.
La simplicidad en el diseño de interiores busca conseguir la máxima emoción estética con el mínimo empleo de recursos. Los resultados de emplear este modo de entender el arte y el diseño resultan siempre en aparentes contradicciones. Lo simple contrasta con lo monumental. La raíz del minimalismo en la cultura popular no parece tener sentido junto a la máxima abstracción que propugnaban.
En realidad, la simplicidad en el diseño de interiores funciona como oposición al caos. También se encuentra con la filosofía que se opone al consumo exagerado, al despilfarro. El Minimalismo y la simplicidad en la que ha derivado buscan la liberación a través del desapego.
Pero no todos los espacios en los que apenas hay ornamentación son muestra de minimalismo. En muchas ocasiones, la simplicidad no es más que simpleza o falta de creatividad.
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