
¿Qué es un visual merchandiser y qué funciones tiene?
El trabajo del visual merchandiser para diseñar espacios comerciales influye en la experiencia de compra. Conoce este rol, que combina creatividad, estrategia y branding para transformar la forma en que las marcas se presentan al mundo.
En la actualidad, la competencia entre marcas es más feroz que nunca. Dado que las opciones online son prácticamente infinitas, los negocios se esfuerzan por conseguir atraer la atención de los consumidores a nivel local. Es decir, en las tiendas físicas. Para conseguirlo se utiliza la figura del visual merchandiser, que es el perfil profesional que convierte a aquellas y a sus escaparates en lugares estratégicos que pueden impulsar las ventas.
Pero, ¿qué hace exactamente esta figura para conseguir sus objetivos? En este artículo, veremos este rol y sus funciones. Pero si te interesa este puesto y otros relacionados con la organización de lugares abiertos al público, inscríbete en nuestro Máster en Diseño de Espacio Comercial: Retail Design, donde aprenderás a proyectar la identidad de una marca en un espacio físico, como un escaparate o una tienda. Para ello, combinarás estrategia y diseño, con los que potenciar su posicionamiento y diferenciarla de la competencia.
¿Qué es un visual merchandiser?
Un visual merchandiser es aquel perfil profesional que se encarga de diseñar la apariencia de un espacio comercial, con el objetivo de hacerlo atractivo para mejorar las ventas. Pero su trabajo no consiste solo en decorar una tienda. Por el contrario, se utilizan estrategias de visual merchandising que combinan diseño, psicología del consumidor y marketing.
En cuanto al visual merchandising, es la disciplina que estudia cómo disponer productos, iluminación, colores y otros elementos dentro de un espacio comercial, para captar la atención del cliente, guiarlo hacia la compra y mejorar su experiencia general. Hoy en día, también se pueden usar herramientas tecnológicas como el metaverso o la gamificación.
Pero como decíamos, no se trata solo de que una tienda se vea bien o que resulte llamativa, sino de que cada detalle tenga una finalidad. Por ejemplo, destacar los artículos más relevantes, facilitar el recorrido del cliente y reforzar la identidad de la marca.
El visual merchandiser es quien se encarga de analizar cómo se mueven y qué perciben los consumidores dentro del espacio comercial. A partir de ese estudio, se decide cómo se van a distribuir los productos, qué tipo de iluminación utilizar o qué elementos incorporar para hacer más atractiva la tienda. La estética y la disposición debe ser eficaces para aumentar las conversiones y fidelizar a los clientes.
Funciones de un visual merchandiser
El trabajo de un visual merchandiser es esencial para cualquier negocio, sin importar su tamaño o sector. Su trabajo influye en la estética de un espacio comercial, pero también en la forma en que los clientes interactúan con la marca y sus productos.
En un mercado cada vez más competitivo, captar la atención del consumidor se ha convertido en un reto constante. Dado que estamos expuestos a una infinidad de estímulos visuales, el visual merchandising tiene la misión de filtrar ese ruido para dirigir la mirada del cliente hacia lo que realmente importa: la marca y sus productos. A una tienda que está bien diseñada, le basta su disposición, colores, iluminación y estructura para que los clientes se sientan atraídos por ella de forma natural.
El visual merchandiser trabaja en la planificación, diseño y mantenimiento de estos espacios comerciales. La finalidad es que sean atractivos y funcionales, y que estén alineados con la identidad de la marca. Sus funciones principales son las siguientes:
Desarrollo de conceptos innovadores
Cada espacio comercial debe transmitir un mensaje que sea claro y que le diferencia del resto de opciones. Para lograrlo, hay que desarrollar conceptos creativos que combinen estética, funcionalidad e identidad de marca. Detrás de ello, encontramos un análisis de las tendencias, una buena comprensión del público objetivo y un diseño del espacio que sea visualmente atractivo, pero también eficientes desde el punto de vista comercial.
Pero la innovación no puede estar reñida con la practicidad. Es decir, que el diseño debe ser viable en términos de montaje, mantenimiento y seguridad. Quien equilibra todos estos factores es el visual merchandiser, que se asegura de que la creatividad no comprometa la experiencia del cliente ni el rendimiento del negocio.
Diseño y montaje de expositores
Los expositores muestran los productos al público. Si el diseño es bueno, se resaltarán sus cualidades y se podrá influir en la decisión de compra del cliente. Pero también, se mejorará el flujo de clientes dentro del establecimiento.
El visual merchandiser se encarga de planificar y montar estos expositores de manera estratégica. Es decir, que se asegurará de que los productos más importantes o rentables sean los más visibles. También considera factores como la iluminación, el color y la disposición para maximizar el impacto visual.
Contacto directo con el cliente
Cada espacio comercial tiene necesidades y objetivos específicos. El visual merchandiser mantiene una comunicación constante con la empresa o el cliente para definir cuáles son sus expectativas y adaptar el diseño a las particularidades del negocio.
A través de este diálogo, este profesional comprenderá mejor cuál es el propósito del espacio y las preferencias del público objetivo. A partir de esta información, se pueden desarrollar estrategias personalizadas que refuercen la identidad de la marca y optimicen la experiencia de compra.
Preparación y conceptualización del espacio
Antes de implementar cualquier cambio en un establecimiento, hay que hacer un análisis detallado del espacio disponible. El visual merchandiser estudia la distribución, el flujo de clientes y los puntos más visibles y atractivos. A partir de ahí, diseñará el espacio para que los productos resulten visibles y la distribución sea funcional.
En la fase de conceptualización, es en la que se eligen los materiales, la paleta de colores, la iluminación y la disposición de los productos. Todos estos elementos irán alineados con la estrategia de marca y las expectativas del consumidor.
Coherencia y uniformidad en el espacio comercial
Todos los puntos de venta de una marca deben transmitir una imagen homogénea. El visual merchandiser se encarga de que la identidad visual sea la misma en cada establecimiento, tanto en la estética como en el concepto. Pero esto no quiere decir que todas las tiendas deben verse iguales. De lo que se trata, es de que compartan el mismo lenguaje visual para reforzar la identidad de la marca y que experiencia sea reconocible por cualquier cliente.
Supervisión de los trabajos en el establecimiento
El visual merchandiser no solo diseña, sino que también supervisa la ejecución de sus propuestas. Coordina a los equipos encargados del montaje, se asegura de que los diseños se implementan correctamente y de que todos los detalles van acorde con los estándares establecidos. Viene a ser un control de calidad que garantiza que el resultado final será fiel al concepto original para que el espacio funcione como negocio.
Gestión de los elementos visuales del establecimiento
Más allá de la disposición de los productos, otra función es verificar que cualquier espacio de la tienda mejora la apariencia y la experiencia del cliente. Entre ellos, la iluminación, que sirve para resaltar productos y crear ambientes concretos dentro del establecimiento. Otros detalles son la selección del mobiliario, la señalización y los materiales utilizados en la decoración.
¿Qué hacer para ser visual merchandiser?
Si te gustaría trabajar como este perfil profesional, lo primero que hay que entender es que no se trata únicamente de estética. Sino que hay que dar forma a la identidad de una marca dentro de un espacio comercial. Para ello, hay que conocer bien a la empresa con la que se trabaja, entender su mensaje y saber cómo transmitirlo visualmente.
En la práctica, además de atractivo, el diseño de un escaparate debe crear una experiencia que refuerce la imagen de la marca y conecte con el público. Por ello, es conveniente tener ciertos conocimientos de branding para interpretar correctamente los valores de la empresa y plasmarlos en el entorno comercial.
En segundo lugar, no puede faltar la creatividad. Las ideas deben ser innovadoras, pero también se deben poder traducir en diseños que resulten atractivos para el consumidor. Hay que dominar el uso de colores, iluminación, materiales y disposición de los productos, para que haya equilibrio entre estética y funcionalidad.
Además, este trabajo requiere una gran capacidad de comunicación y coordinación. Un visual merchandiser colabora con equipos de diseño, marketing y retail, pero también interactúa con los clientes para entender sus necesidades. Debe saber transmitir ideas con claridad y trabajar en equipo.
Por último, es necesario tener la capacidad de adaptarse e innovar constantemente, y contar con formación en este campo, que puedes adquirir con el máster que ponemos a tu disposición. Fórmate con ESDESIGN y prepárate para trabajar en este mercado laboral.