
Diseño de producto: qué es y sus 6 factores clave
El diseño de producto parte de la idea de que cada producto debe resolver un problema. Es el proceso en el que se definen sus características para que sea una solución eficaz a esa necesidad.
El diseño de producto es una disciplina que permite crear soluciones innovadoras que dan respuesta a las necesidades del mercado. Se trata de un proceso meticuloso, pero que permite a diseñadores transformar una idea en un producto funcional y atractivo, y con la capacidad de mejorar la experiencia del usuario.
En este artículo, conoceremos qué es y cuáles son sus fases, pero puedes aprender todo lo relacionado con esta disciplina y convertirla en tu especialidad con nuestro Máster en Diseño de Producto y Modelado Digital. Aprenderás a detectar mejores en el diseño industrial, aportar soluciones de creatividad e innovación y a disponer de las herramientas y metodologías necesarias para pasar por todas las fases de desarrollo de productos y determinar su fabricación.
¿Qué es el diseño de producto?
El diseño de producto es el proceso de crear y desarrollar productos que sean funcionales, estéticos y fáciles de usar. Implica tomar decisiones importantes relativas a su apariencia, a la forma en que se utilizará y a cómo resolverá las necesidades de los usuarios. Por tanto, no es solo una cuestión de apariencia del producto, sino también de su eficacia y la experiencia que ofrece al usuario.
Este proceso involucra varios aspectos. Por ejemplo, la elección de materiales, la ergonomía, la sostenibilidad y la viabilidad de fabricación. Los diseñadores deben encontrar un punto de equilibrio entre creatividad y practicidad, para asegurarse de que el producto será tanto útil como atractivo. Además, se deben tener en cuenta las expectativas y deseos del usuario final. Y es que no basta con resolver un problema, sino que también debe generar satisfacción.
Otro factor a tener presente en el diseño de producto es que no se limita a los físicos que usamos en el día a día. Puede tratarse también de servicios o experiencias digitales, en los que la interfaz y la interacción con el usuario son fundamentales. O también de las creaciones de un ingeniero de diseño industrial. En cualquier caso, el objetivo principal es crear soluciones que sean intuitivas, agradables y eficaces, y siempre centradas en mejorar la vida de las personas.
Los 6 elementos que intervienen en el diseño de productos
El diseño de producto consta de diferentes fases; cada una esencial para llegar al resultado final. Y es que además de estético y funcional, tiene que ser capaz de responder a las necesidades del mercado. Los elementos que intervienen en el proceso de diseño permiten transformar una idea inicial en una propuesta definitiva, viable y atractiva. Vamos a ver cuáles son y lo que implican:
1. Generación de la idea
El primer paso en el diseño de producto es la identificación de una necesidad o problema que requiera una solución. Para ello, hay que analizar el mercado y el comportamiento de los consumidores. Un diseñador debe ser capaz de identificar esas carencias en productos existentes o áreas donde la innovación pueda mejorar la experiencia del usuario.
A veces, el mercado ya está preparado para una nueva solución, pero otras veces es la tecnología la que abre nuevas posibilidades y crea una necesidad previamente no reconocida. Sin embargo, el diseño de producto no solo puede responder a las necesidades actuales, sino que también abarca la capacidad de anticiparse a las futuras y crear un producto innovador. Para que sea posible generar estas nuevas ideas, hay que combinar creatividad con conocimiento técnico.
2. Análisis del producto
Una vez generada la idea, se debe realizar un análisis que evalúe su viabilidad y pueda determinar su potencial en el mercado. Hay que proceder con estas tres pruebas:
- Prueba de mercado. No podemos suponer que un producto será bien recibido. Hay que validar la idea con el público objetivo a través de estudios de aceptación, entrevistas o pruebas piloto. Con estas pruebas, conoceremos si realmente existe una demanda y qué ajustes podrían ser necesarios antes de la producción a gran escala.
- Prueba financiera. Esta prueba analiza la viabilidad del producto. Se tendrán en cuenta los costes asociados a la fabricación, el transporte y la comercialización. Pero también habrá que prever márgenes de rentabilidad. Si un producto no puede generar beneficios a largo plazo, es improbable que llegue al mercado.
- Compatibilidad con operaciones. El producto debe ser compatible con las capacidades de fabricación y distribución de la empresa. Para conocer si es así, se verificará si la infraestructura existente puede soportar la producción en masa del producto y si las operaciones de la empresa pueden adaptarse sin comprometer la calidad o la eficiencia.
Además de para filtrar ideas, estas pruebas sirven para mejorar el producto antes de lanzarlo. En esta fase, las decisiones sobre el diseño, los materiales y la producción se toman en función de las pruebas. De este modo, se evitan problemas durante la implementación, que tendrá un impacto mayor a nivel financiero.
3. Diseño preliminar del producto
Después de validar la idea y realizar las pruebas, el siguiente paso es desarrollar el diseño del producto. En esta fase, se crean los primeros prototipos y modelos, que servirán para visualizar cómo será el producto final. Durante esta etapa, el diseñador de producto trabaja en aspectos técnicos, como la ergonomía, la estética, los materiales y la funcionalidad. Se deben asegurar de que todas las partes del producto se integrarán de manera eficiente.
Durante esta fase, también se pueden explorar nuevos diseños que sean capaces de optimizar la experiencia del usuario. Además, con la creación de prototipos, se pueden detectar posibles problemas y realizar los ajustes pertinentes antes de la fabricación en masa y de que el producto llegue al mercado.
4. Trabajo de construcción de prototipo
Aquí comienza a materializarse el diseño de producto. Para los productos físicos, se crea un modelo o prototipo que sea lo más parecido al producto final. Con él, se podrá ver cómo quedará el producto, probar su funcionalidad y detectar problemas que podrían surgir durante su fabricación en masa. El trabajo de construcción se aplica también a los servicios.
Los prototipos son una demostración de cómo funcionará el servicio en un entorno controlado. Sirven, por tanto, para identificar oportunidades de mejora antes de su lanzamiento definitivo. Son necesarios para ajustar los detalles y para asegurar que el diseño cumplirá con las expectativas del usuario.
5. Fase de pruebas
Después de crear el prototipo definitivo, el siguiente paso es probarlo en condiciones similares a las de uso real. Con estas pruebas, se verificará la funcionalidad del producto y se identificará cualquier fallo o área que necesite ajustes. Durante esta fase, se toman medidas y se recopilan datos para evaluar aspectos como la durabilidad, la facilidad de uso y el rendimiento en diferentes situaciones.
Las pruebas pueden incluir diversas variaciones del producto y se deben realizar en entornos controlados. Es decir, que se simularán las condiciones normales de uso. Con los resultados obtenidos, se puede valorar si hay que optimizar el diseño antes de su producción a gran escala.
6. Diseño de producto definitivo
La última fase del diseño de producto es la creación de los planos y las especificaciones del definitivo. En estos planos, se detallan las dimensiones, los materiales y las características exactas que el producto final tendrá. Junto a ellos, se incluirán todas las especificaciones técnicas que servirán de guía para la producción en serie.
Esta sirve para que cada unidad sea fiel al diseño original y cumpla con los estándares de calidad establecidos. Cuando finaliza esta fase, el diseño de producto queda listo para entrar en la de producción, donde se fabricará de acuerdo a los dibujos y especificaciones definidas previamente.
El diseño de producto es un proceso necesario para que los que encontramos en el mercado sean funcionales, estéticos y rentables. Es un campo que requiere creatividad, conocimientos técnicos y una visión estratégica que permita anticiparse a las necesidades del mercado. ¿Quieres conocer en profundidad cómo funciona y llevarlo a la práctica? Inscríbete en nuestro máster y conviértete en profesional.