Descubre qué es el diseño circular y cómo aplicarlo en tu empresa
El diseño circular es un concepto cada vez más en boga en nuestras sociedades. Sin embargo, existe todavía una considerable ignorancia acerca de sus implicaciones.
Para que pueda ser aplicado y proporcionar beneficios, es oportuno que sus claves sean conocidas. A continuación, te las explicamos.
¿Qué es el diseño circular?
En primer lugar, hemos de señalar que se trata de uno de los componentes de la economía circular. Este tipo de diseño se basa en la prolongación de la vida útil de los productos. A grandes rasgos, trata de cambiar el ciclo lineal de estos artículos por el circular, el cual consiste en seguir las pautas de regeneración que son patentes en la propia naturaleza.
Por consiguiente, estos diseños entroncan con la necesidad de las conocidas como 4 erres. Nos referimos a reducir, reutilizar, reciclar y recuperar. Como nos indica el símbolo de las flechas y sus puntas que se señalan, se trata de instaurar un sistema en el que se apueste por la regeneración del ciclo productivo.
En este sentido, se sustituyen las tradicionales pautas fundamentadas en fabricar, utilizar y disponer. Se hace una apuesta por la eficiencia en los materiales y usos. Una apuesta que parte de unos diseños en los que el énfasis no solo se va a poner en el rendimiento del producto, sino también en sus posibilidades de reciclaje.
¿Cómo podemos aplicar el diseño circular en una empresa?
Si tienes capacidad de decisión en alguna firma y defiendes su implementación, lo primero que tienes que hacer es cumplir las normativas que, en este aspecto, afectan a tu sector. Sus directrices se orientan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En consecuencia, se trata de aplicar con rigor estas obligaciones. No solo te evitará sanciones, sino que permitirá a tu organización demostrar que se toma en serio los diversos criterios de Responsabilidad Social Corporativa. Una empresa que asume la necesidad de sostenibilidad de su entorno mejora considerablemente su reputación.
Por otro lado, en la generación del producto se tiene que valorar, desde su diseño, la necesidad de reutilización. Se parte, por tanto, de un cálculo de materiales, costes, logística, etc. En la misma arquitectura de los centros de trabajo se pueden poner en práctica principios del ecodiseño, como en la iluminación con led, el empleo de sensores o la optimización de rutas.
Se trata de poner la tecnología al servicio de la eficiencia (no solo energética). Por ejemplo, echando mano del Internet on Things o del análisis masivo de datos para mejorar patrones de consumo. Finalmente, se tiene que facilitar el reciclaje de residuos. Tanto a los trabajadores de la organización como a los clientes.
¿Por qué es tan importante el diseño circular?
Esta clase de diseño se ha revelado como fundamental para favorecer la conservación de la naturaleza. De hecho, la Unión Europea considera que el 80 % del impacto ambiental de un producto se da durante esta fase. Por eso, la Comisión Europea lanzó el Plan de Acción sobre Economía Circular. Pretendía implantar criterios de diseño ecológico a gran escala.
Has de tener en cuenta que a la Tierra le cuesta alrededor de año y medio la regeneración de lo que sus habitantes consumen en uno. No olvides que sus recursos son finitos. Y algunos de ellos, como los combustibles fósiles, se han revelado como contaminantes.
Así que, sobre todo, se trata de una cuestión de supervivencia. En cada proceso social es posible reducir nuestra huella de carbono. De este modo, no solo contribuimos a la sostenibilidad de los recursos, sino que también aliviamos fenómenos naturales nocivos para nuestra existencia. El paradigma de estas problemáticas es el cambio climático.
Por último, aunque el ecodiseño supone una inversión inicial en know how y recursos materiales, con el tiempo, se rentabiliza. Una vez se consolidan los procesos, acaban resultando óptimos en el medio plazo, aparte de que las instituciones públicas los incentivan y bonifican. Un claro ejemplo de ello es la apuesta por las energías renovables.
Ejemplos de diseño circular
Remitirse a casos prácticos es una buena manera de comprender cuál es la incumbencia real de esta modalidad de diseño. Toma nota de algunos de los más significativos.
- Las bandejas y alfombras de los coches pueden ser elaboradas mediante el reciclaje del PET. Con estas siglas conocemos el material de las fibras de las que se suele hacer uso a la hora de producir la mayoría de las botellas de refrescos y agua mineral.
- El concepto smart agro engloba las técnicas del sector del campo que tratan de poner en valor la aplicación de las conclusiones que permiten sacar la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y el análisis masivo de datos. Te recordamos que un 70 % del agua de extracción se emplea en la agricultura. Imagina lo que se puede ahorrar mediante sensores y optimizadores de gasto.
- Finalmente, destacamos la alternativa de la refabricación de artículos de automoción. Es la que lleva casi medio siglo poniendo en práctica la firma WAT. Las prestaciones y el acabado del producto la enmarcan en el concepto de remanufacturación y no en el de reparación.
La sostenibilidad y la economía circular
La economía circular es la categoría que engloba el tipo de diseño que nos ha ocupado en este artículo. Esta aplica, grosso modo, el espíritu del desarrollo sostenible, que no es otro que la satisfacción de lo que necesita la generación actual sin menoscabar los recursos de las venideras.
En consecuencia, la economía circular supone una materialización práctica de los criterios generales de la sostenibilidad. Se parte de un objetivo global, que es la conservación, en las mejores condiciones posibles, del medio natural. En este sentido, se baraja una serie de acciones tendentes a racionalizar los procesos productivos.
Desde el diseño hasta el fin de la vida útil de un producto o servicio, se estudian las opciones de reintroducirlo en un nuevo ciclo productivo. El concepto de residuo no tiene cabida en este esquema, salvo para reciclarlo.
En definitiva, el diseño circular es clave para promover la sostenibilidad de nuestro planeta. Si quieres realizar una aportación, pasa de las palabras a los hechos. Cada acción cuenta. Y, a la larga, resulta rentable.