¿Cómo conseguir reputación digital gracias al contenido de valor?
En un mundo cada vez más digital, el contenido relevante es clave para conectar con los consumidores. Las marcas irrelevantes, por el contrario, corren el riesgo de ser ignoradas o incluso rechazadas.
Las marcas viven uno de los momentos más duros de su historia. En un entorno hipersaturado de información, superpoblado de mensajes publicitarios y atiborrado de cookies por aceptar, el consumidor está adoptando una actitud que es mucho peor que el enfurruñamiento: la indiferencia. El consumidor ha decidido aprender a vivir rodeado de ruido e interferencias generadas por las marcas. Igual que las vacas conviven con centenares de moscas que, de vez en cuando, reciben un coletazo aleatorio.
A esta situación, parece que todas las marcas del mundo le han encontrado la misma salida: hay que conocer mejor al consumidor y ofrecerle lo que busca. Y es entonces cuando cae del cielo una losa de piedra del tamaño de un autobús, llamada contenido relevante.
¿Qué es contenido de valor?
El contenido de valor, o contenido relevante, es un componente de la estrategia de marketing digital que trasciende los simples mensajes publicitarios. Se refiere a la creación y distribución de información, entretenimiento o educación que va más allá de la promoción de productos o servicios.
Este tipo de contenido se centra en satisfacer las necesidades y deseos del consumidor. Para ello, le ofrece algo auténticamente importante para él, pero a la vez útil. En lugar de solo buscar vender, el contenido de valor tiene como objetivo establecer conexiones emocionales y construir confianza con la audiencia. Es decir, encontrar valores compartidos con su consumidor.
Puede presentarse en diversas formas, como blogs informativos, videos educativos, infografías o podcasts. Desde tutoriales prácticos que resuelven problemas cotidianos hasta historias que generan empatía y conexión; cualquier contenido que aporte un valor genuino a la vida del consumidor puede considerarse contenido valioso. Este enfoque busca no solo captar la atención, sino también retenerla, construir relaciones a largo plazo y posicionar la marca como un recurso confiable y relevante en la mente del consumidor.
Ejemplos de contenido de valor
Los ejemplos de contenido de valor son manifestaciones creativas diseñadas para satisfacer las necesidades y deseos del consumidor de manera genuina. Uno de los ejemplos más comunes son los blogs informativos, que proporcionan conocimientos especializados sobre temas específicos. También las guías que dan soluciones prácticas a problemas comunes, o los vídeos educativos, ya sean tutoriales paso a paso o lecciones interactivas, que proporcionan aprendizaje práctico.
Las infografías visualmente atractivas son también capaces de condensar información compleja en formatos visuales fáciles de entender. De este modo, ofrecen datos importantes de manera clara y concisa. Los podcasts educativos proporcionan contenido auditivo que puede escucharse en cualquier momento. Así, se crea una experiencia de aprendizaje flexible y accesible.
Además, las guías detalladas que abordan problemas específicos y ofrecen soluciones prácticas, así como el contenido generado por usuarios, como reseñas y testimonios auténticos, también son ejemplos de contenido relevante.
Contenido de valor para marcas
Los seres humanos confiamos en muy pocas personas. Nos fiamos de las que han estado con nosotros en momentos emocionales importantes, de las que nos han enamorado o de las que nos han ayudado en un momento u otro. A estas personas las escuchamos, de ellas aprendemos, con ellas nos divertimos. Porque se han ganado nuestra confianza.
Con las marcas pasa exactamente lo mismo. Confiamos en muy pocas de ellas. Y es porque se lo han ganado con el tiempo. Nos han conquistado de algún modo. Y por eso les permitimos que nos cuenten cosas interesantes, que llamamos contenido relevante. Las marcas, antes de poner contenido sobre la mesa, deben ganarse el derecho a ponerlo. El "contigo no, bicho" con el que tanto reímos hace unos años sirve para resumir la respuesta mayoritaria de los consumidores hacia la oferta de contenido que satura la red.
Para las marcas, el contenido de valor se convierte en una herramienta estratégica para construir relaciones duraderas con los consumidores. Al proporcionar información útil, resolver problemas y ofrecer experiencias satisfactorias, las marcas pueden establecerse como líderes en sus sectores, y generar lealtad y favorecer las recomendaciones de cliente a cliente.
Además, este tipo de contenido puede posicionar a la marca como un referente, y aumentar con ello la confianza y la credibilidad. Fomenta la interacción y, a largo plazo, refuerza la reputación digital de la marca, para crear una conexión emocional con la clientela y establecer una presencia sólida en el mercado.
El contenido de valor para redes sociales
En redes sociales, el contenido de valor es esencial, puesto que se dispone de tiempo limitado y hay que conseguir destacar entre un bombardeo constante de información. Las marcas deben crear contenido relevante y significativo que resuene con sus audiencias.
Esto puede incluir consejos prácticos, historias reales, encuestas interactivas o contenido generado por otros usuarios. Al adaptar el contenido para cumplir las expectativas de cada plataforma, las marcas pueden maximizar su impacto y construir una reputación digital sólida en un entorno digital cada vez más saturado y competitivo.
En cuanto al formato, las publicaciones pueden consistir en imágenes, vídeos y otros formatos. Además de atraer la atención, deben proporcionar beneficios tangibles y significativos a la audiencia. Por ejemplo, las publicaciones pueden incluir consejos prácticos y trucos relacionados con el producto o servicio de la marca y dar soluciones a problemas comunes de los usuarios. Las imágenes y videos atractivos pueden educar e inspirar, a través de mostrar el uso creativo de los productos y dando ideas para mejorar la vida cotidiana de su público,
Pero dado que el contenido relevante está condenado a volverse irrelevante en un abrir y cerrar de ojos, las marcas tendrán que seguir reinventándose para captar la atención de su audiencia y conseguir lograr un impacto en ella.