Habilidades imprescindibles de un buen diseñador
Aunque cada perfil creativo tiene su propio estilo, hay una serie de características que son comunes a todos en el ámbito del diseño. Hoy te contamos cuáles son las habilidades de un diseñador.
El diseño es una disciplina compleja que abarca diferentes campos. Para trabajar en este ámbito, no basta con tener habilidades técnicas, sino que se necesita una combinación única de competencias blandas y duras. Con ellas, habrá que ser capaces de crear, pero también comunicar, resolver problemas y adaptarse a un entorno que está en constante cambio. En este artículo, veremos las ocho características de un diseñador, que son esenciales para poder crecer en esta profesión. Pero si estás pensando en especializarte en una de ellas, y en concreto ser diseñador gráfico, te puede interesar nuestro Máster en Diseño Gráfico.
8 Características de un buen diseñador
Cuando hablamos de las características de un diseñador, nos referimos a cualquiera de los ámbitos que abarca. Por ejemplo, puede tratarse de un diseñador gráfico, de diseño web, industrial o de producto. Sea cual sea en el que se trabaje, se necesitan las siguientes habilidades.
Capacidad de innovar
La innovación es el motor que impulsa el diseño hacia adelante. Un buen diseñador no se conforma con lo que ya existe; busca constantemente nuevas formas de abordar los problemas y superar las expectativas. Sin embargo, la innovación en el diseño va más allá de crear algo estéticamente atractivo que pueda atraer al público. Se refiere también a ofrecer soluciones funcionales y frescas que sean capaces de resolver las necesidades de los usuarios.
En el ámbito del diseño web, un buen diseñador debe estar al tanto de las nuevas tendencias. Pero a la vez, ser capaz de aportar su propio toque único para diferenciarse del resto de alternativas.
Trabajo en equipo
Los profesionales del diseño suelen trabajar por su cuenta en las fases creativas. Pero eso no significa que toda su labor se realice en solitario. De hecho, otra de las características de un diseñador es que debe ser capaz de trabajar y comunicarse dentro de un equipo multidisciplinar.
La colaboración entre todas las partes integrantes de un proyecto pasa por la interactuación con perfiles como otros diseñadores, programadores, ingenieros, especialistas en marketing y, sobre todo, con los clientes. De este modo, se pueden conseguir mejores resultados, al tiempo que se aprende unos de otros mientras se persigue un objetivo común.
Comunicación
Más allá de las habilidades interpersonales, la capacidad de comunicación en el diseño también se refleja en la forma en que se transmiten ideas visuales. Un buen diseño debe ser capaz de contar una historia, enviar un mensaje o evocar una emoción. Para lograrlo, entre las características del diseñador debe estar una comprensión profunda de cómo los colores, las formas y las tipografías influyen en la percepción del público.
La comunicación, cuando es eficaz, implica mucho más que transmitir lo que el cliente desea. También hay que saber explicar y defender las decisiones creativas, para que los demás puedan entender por qué ciertos enfoques visuales son más adecuados que otros.
Creatividad
La creatividad es el corazón del diseño. Un buen diseñador debe generar ideas nuevas, pero a la vez tener la habilidad de llevarlas a la práctica. En un mercado saturado, la creatividad es lo que permite que un diseñador destaque y que los proyectos en los que trabaja capten la atención del público objetivo.
En el campo del diseño, la creatividad, más que una habilidad, es una mentalidad. Los buenos diseñadores se mantienen explorando, probando nuevos enfoques y desafiándose a sí mismos a salirse de los patrones convencionales. Esto les lleva a innovar y a estar en constante evolución.
Capacidad de organización
El diseño es un proceso que involucra varias etapas: investigación, desarrollo, pruebas y entrega. Para gestionar cada una de ellas, se necesita ser una persona organizada. Tanto en lo que respecta a la gestión del tiempo, como a la capacidad de planificar y estructurar proyectos. Se trata de ser capaces de cumplir con los plazos sin sacrificar la calidad.
La capacidad de organización también incluye priorizar tareas y flexibilidad para adaptarse a los cambios y los imprevistos que puedan tener lugar. Las características de un diseñador requieren equilibrar creatividad con disciplina organizativa, para que los proyectos puedan avanzar.
Aceptar críticas y ser autocrítico
En el mundo del diseño, el feedback es esencial para poder desarrollar nuevas habilidades. Trabajar en diseño implica tener una mentalidad abierta a las críticas y buscarlas activamente para mejorar. Esta disposición a escuchar y a aprender de las opiniones ajenas les ayuda a perfeccionar su trabajo y a adaptarlo a las necesidades del cliente o del público objetivo.
Al mismo tiempo, se necesita tener autocrítica para poder aceptar cuando un diseño no está funcionando. Tener humildad para hacer ajustes es una de las características de un diseñador excepcional, que le diferencian de otro mediocre. Las críticas se deben ver como una oportunidad de desarrollo y no como un ataque personal.
Capacidad para solucionar problemas
El diseño no es un proceso lineal, sino que suelen aparecer problemas o imprevistos. Por ejemplo, un cambio de dirección en el proyecto, una limitación técnica o un malentendido con el cliente. En cualquier caso, las habilidades de un diseñador deben incluir la resolución de problemas.
Esta capacidad requiere de una mente creativa, pero también de la disposición para hacer frente a cada desafío con paciencia y determinación. En lugar de ver los problemas como obstáculos, se deben ver como oportunidades para encontrar soluciones innovadoras y aprender algo nuevo en el proceso.
Constancia
La constancia es la dedicación al trabajo y la capacidad para mantenerse actualizado en un campo que está en constante evolución. Las tendencias de diseño cambian con rapidez, y para trabajar en este sector hay que ser flexibles, curiosos y estar siempre dispuestos a aprender. Esta perseverancia es lo que les permite enfrentarse a las dificultades y mejorar como profesionales.
Las características de un diseñador van más allá del talento creativo. Como hemos visto, se necesita una combinación de innovación, colaboración, comunicación y disciplina, junto con la capacidad de aprender y adaptarse constantemente. Quienes dominan estas ocho habilidades, tienen las herramientas necesarias para destacar y para inspirar a través de su trabajo.