¿Qué es el paisaje urbano?
El paisaje urbano es el resultado de conjugar los aspectos ambientales con los humanos. Ambos elementos comparten su existencia en un área muy concreta del territorio disponible.
Llamamos paisaje urbano a la configuración de un espacio, tanto visual como espacial, que está ubanizado. Sus elementos han sido construidos por el ser humano, y se pueden agrupar en múltiples formas. Hoy veremos cuáles son sus características y algunos ejemplos reales.
Pero si te atrae esta disciplina y quieres profundizar más en los conocimientos relativos a ella, te recomendamos cursar nuestro Máster en Paisajismo del entorno urbano.
¿Qué es el paisaje urbano?
Como decíamos en la introducción, el paisaje urbano hace referencia a la configuración visual y espacial de una ciudad o zona urbanizada. Estas incluyen la arquitectura, calles, plazas, parques y jardines, y otros elementos construidos por el ser humano.
Este entorno es un reflejo de la interacción que hay entre la naturaleza y la intervención humana. Y no solo nos muestra los edificios y las estructuras que hay en su interior. También cómo se organizan y las finalidades para las que se utilizan. Podríamos decir, por tanto, que el paisaje urbanizado expresa cuál es la identidad y el carácter que una ciudad tiene. Y consigue destacar su historia, su cultura o la dinámica social que sigue, a partir de sus distintos elementos estéticos, funcionales y simbólicos.
Factores que intervienen en el paisaje urbano
Para identificar los factores que intervienen en el paisaje urbano hay que hacer un análisis integral. Aquí se deben incluir tanto los elementos tangibles, como la arquitectura y la infraestructura, como aquellos intangibles, que serían las emociones, las historias y las experiencias asociadas a la ciudad.
Dichos factores se pueden dividir en dos grandes categorías: los elementos objetivos y los elementos subjetivos.
Elementos objetivos
Son los componentes tangibles y medibles que se encuentran en el entorno construido del espacio público. Por ejemplo, la infraestructura, la red vial, la disposición de los edificios, la altura y el estilo arquitectónico, o el diseño de los espacios públicos como plazas, parques y áreas verdes. Estos elementos influyen directamente en cómo se percibe y se utiliza una ciudad, y determinan la accesibilidad, movilidad, densidad urbana y funcionalidad de los espacios.
Los elementos objetivos son imprescindibles para la planificación urbana y el desarrollo sostenible. Su disposición es la que marcará la calidad de vida de quienes habitan en la ciudad y sirven para crear una relación armónica entre las personas y el entorno. Otros elementos de esta categoría son el mobiliario urbano, la iluminación y la señalización.
Elementos subjetivos
Los elementos subjetivos del paisaje urbano no son tangibles. Por el contrario, van ligados a la percepción, emociones y los significados que las personas asocian con los espacios urbanos. Dependen de las experiencias personales y colectivas, como los recuerdos, la historia, la cultura, la identidad local y las tradiciones.
Esta subjetividad también se manifiesta en la apreciación estética y en la valoración que cada persona hace de su entorno. Por ejemplo, si una zona resulta caótica o si los parques son agradables. Todos ellos tienen una influencia en la sociedad y en su identidad colectiva.
Características de los paisajes urbanos
Dentro de las ciudades, podemos destacar estas características principales:
Densidad poblacional
El número de personas que habitan en una urbe varía de una a otra en cada lugar del planeta. Pero cuando hablamos de densidad poblacional, nos referimos a la concentración de personas en un área específica de la ciudad. Esta cifra influye directamente en cómo se organizará el espacio y en la percepción que se tenga de este. Además, afecta a la distribución de las viviendas, infraestructuras, servicios y áreas públicas.
Cuando la densidad es alta, encontramos edificios altos, espacios reducidos y un uso intensivo del suelo. También cobra importancia la movilidad, la calidad de vida y la sostenibilidad del entorno, puesto que con la planificación urbana se debe encontrar el equilibrio entre la necesidad de espacio con la oferta de servicios y la preservación de las áreas verdes.
Aumento de la población
A medida que una ciudad crece, necesita expandir y adaptar su infraestructura, servicios y espacios públicos. La densificación de las áreas urbanas lleva a construir nuevos edificios, expandir las redes de transporte y a aumentar las demandas en los servicios esenciales, como agua, energía y saneamiento.
El aumento poblacional se acompaña de retos. Por ejemplo, la mayor congestión del tráfico y la presión sobre los recursos naturales. Para evitar sobrepoblación y degradación del medioambiente, el desarrollo se debe gestionar correctamente.
Las actividades que desarrolla la ciudadanía en ella
Actividades como el comercio, el ocio o la recreación influyen en la disposición de los espacios y en la funcionalidad de una ciudad. Los centros comerciales, oficinas, restaurantes, parques y zonas recreativas se organizan y distribuyen en función de las necesidades y preferencias de la población.
La forma en que los residentes utilizan y se mueven a través de la ciudad, influye en el diseño urbano, la infraestructura de transporte y la planificación de los servicios. Por otra parte, las actividades sociales y culturales añaden carácter e identidad al paisaje urbano. Pueden crear espacios que reflejan la vida comunitaria y que fomentan la interacción social.
La topografía
En la topografía se incluyen las características del terreno, como la elevación, la pendiente o la presencia de accidentes geográficos. Estos elementos determinan la disposición y el desarrollo de la ciudad. Es decir, que en terrenos inclinados, veremos calles empinadas, terrazas y edificios escalonados que aprovechan la elevación. Sin embargo, en áreas llanas se facilita la expansión horizontal y las calles siguen un trazado regular. La topografía también afecta a la movilidad y la accesibilidad, y es clave a la hora de colorar vías principales, puentes, túneles y espacios públicos.
Ejemplos de paisaje urbano
Algunos de los ejemplos de paisajes urbanos más representativos del mundo son los siguientes:
Nueva York
Es lla ciudad más conocida e icónica de Estados Unidos. Su centro está en la isla de Manhattan, y fue creciendo en torno al puerto en el que nació. En la actualidad, sigue siendo un importante puerto de entrada al país, gracias a sus características y orografía naturales.
Vancouver
Otra ciudad con un puerto de mucho peso en Norteamérica. En este caso, de Canadá. Se trata de una ciudad muy diversa y con una densidad de población elevada. Está rodeada de montañas, lo que agrega cierta peculiaridad a su paisaje urbano, y tiene un índice de criminalidad extremadamente bajo.
Sao Paulo
Es l principal ciudad de Sudamérica y la tercera con mayor población del mundo. Es un importante centro financiero, no solo de su país, sino también de todo el continente. No obstante, presenta grandes contrastes entre sus clases sociales y, por tanto, en las zonas donde residen.
Berlín
Berlín es la ciudad más conocida y popular de Alemania, y la que tiene más población. Es un núcleo cultural y artístico de primer nivel, y uno de los principales de toda Europa. Además, por su situación e historia, es una mezcla entre lo que suponía la Europa del Este y la del Oeste en su momento. Todo ello combinado con una notable importancia en política en el seno de la Unión Europea.
Shanghai
Es la ciudad con mayor número de habitantes de China. Empezó a crecer en el siglo XIX y cuenta con una situación estratégica por la importancia de su puerto a nivel internacional. En la actualidad, está considerado como el de mayor volumen de mercancías del mundo.
Otros tipos de paisaje
Además del paisaje urbano, podemos hablar de otros dos:
Paisaje suburbano
Se conoce como paisaje suburbano al que se observa en la periferia de las ciudades grandes. Generalmente, son zonas con población residencia, o con polígonos y zonas de paisaje industrial. La concentración de población suele ser menor que dentro de los centros de las ciudades. Además, su dotación de servicios e infraestructuras suele ser menor que en ellas.
Estas zonas nacían como arrabales o barrios en los que se asentaban recién llegados a las ciudades por trabajo, generalmente de escaso poder adquisitivo, y poco a poco se fueron uniendo a la ciudad al mismo tiempo que esta crecía. Los barrios residenciales actuales no tienen nada que ver con ellos, puesto que ahora nacen como fenómeno casi contrario: para albergar a habitantes de la ciudad que buscan vivir en zonas más tranquilas. De ahí que estos paisajes tienen más zonas verdes, menos contaminación, más espacios abiertos y mayor tranquilidad.
Paisaje rural
El paisaje rural es el que se caracteriza por tener la población humana dispersa, con una densidad muy baja. Además, sus infraestructuras son bastante escasas y sus edificios, generalmente, bajos. Suele contar con una mayoría de zonas destinadas a agricultura y espacios para otras actividades agropecuarias. También suele haber en estos paisajes zonas industriales, y un espacio menor para zonas residenciales y de servicios. Esta es una de las diferencias entre el espacio urbano y rural.
Conclusión
El paisaje urbano es el elemento del entorno de una ciudad que garantiza a su ciudadanía que contarán con todo lo que necesitan para vivir. Por eso, es de interés común para todas las personas. Sin embargo, no solo se trata de contar con buenos diseños y planificaciones, sino que ambos deben ir acorde con las normativas. Estas guiarán sobre los elementos a incluir y sus características y cómo y dónde se deben ubicar y señalizar.
Puesto que la población en las ciudades sigue creciendo, el perfil profesional que se dedica a la gestión del paisaje urbano es una figura al alza. Si no quieres perder la oportunidad de trabajar en este sector, fórmate ahora con ESDESIGN.