Bajo el canal, la web
"Below the surface" es un proyecto que comenzó en 2003 durante las obras para construir una línea de Metro bajo el río Amstel. Para las obras se tuvo que drenar por completo uno de los canales de Amsterdam. En él encontraron una infinidad de objetos que un momento u otro habían ido a parar al canal.
Más de 700.000 objetos: utensilios prehistóricos, flechas de la Edad Media, peines del siglo XVII, cerámica del XIX, canicas del XX y teléfonos móviles o tazos de Pokémon del XXI completan este curioso resumen de lo que ha dado de sí la humanidad. "Excavamos 12 metros en el fondo del río Amstel, que da nombre a la ciudad. Casi en el suelo estaban los objetos de los años 2000. Cada metro era unos cientos de años hacia atrás. Los objetos más antiguos fueron encontrados a 12 metros de profundidad, pero se excavó hasta 39 metros", explica Jerzy Gawronski, jefe de Arqueología del Ayuntamiento de Ámsterdam.
Hasta ahí, nada que no uno pueda imaginar. Lo interesante empieza cuando un grupo de especialistas se ha encargado de recolectar cada objeto que permanecía escondido bajo el agua y los ha clasificado por un estricto orden cronológico. Y sobre todo cuando esos objetos han sido fotografiados y se han puesto al alcance del dominio público a través de una web. Cada uno de los 11.279 hallazgos expuestos en el sitio web lleva una descripción concreta con el tipo de objeto, dónde fue encontrado, su peso, la fecha en la que se estima que fue elaborado y su material.
https://belowthesurface.amsterdam/en
En paralelo a los hallazgos, el equipo de arqueólogos seccionó digitalmente más de un centenar de tramos del Amstel, y se lo llevaron a un gigantesco modelo 3D. A partir de él analizaron su lecho, de tal modo que pudieran identificar con nitidez de qué puntos partían los objetos encontrados (obteniendo, al mismo tiempo, un inédito mapa histórico de Ámsterdam).
Esta página web es parte del despliegue del Ayuntamiento de Ámsterdam sobre estos 700.000 hallazgos. De ellos, 10.000 se expondrán en una nueva estación de Metro que se inaugura el 22 de julio. Esos y otros 3.000 objetos se incluyen además en el libro de fotografías Stuff (Cosas). El resto serán almacenados en dependencias municipales.
Las idea de exponer un yacimiento arqueológico de esta magnitud on-line y a disposición de todo aquel que quiera investigar, abre un campo de conocimiento muy interesante. La inteligencia colectiva que se produce en la red, generará más de una sorpresa, estoy seguro.
Para hacerlo aún más interesante, la web permite generar collage de los objetos catalogados y publicar el resultado. Así a la colección de objetos, se les suma una colección de collages de lo más variado. Cada objeto de los collages conserva su información inicial y solo hay que clicar sobre él para obtenerla.
Es un buen ejemplo de como una web puede no solo difundir si no generar conocimiento. Una especie de arqueología de código abierto.